EL ESCRITOR COMPULSIVO

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El gran Gustavo Adolfo Bécquer

EL ESCRITOR COMPULSIVO

El escritor compulsivo soy yo, Alberto Bellido y este es un blog dedicado a mi mayor afición, a mi mayor pasión: El cine, el séptimo arte.

En el blog los visitantes podrán leer y comentar diversos artículos así como guiones de todos los géneros redactados por mí y sus memorias de realización, es decir, las diferentes intenciones que me guiaron en el momento de crear cada historia.

Espero que todos disfrutéis con mi blog.

Un afectuoso saludo.

martes, 25 de octubre de 2011

GUIÓN LITERARIO REVISADO DE "ROBERT, UN POLICÍA DE LA GRAN MANZANA"

GUIÓN LITERARIO:”ROBERT, UN POLICÍA DE LA GRAN MANZANA”.
ESCENA 1. CALLE. NUEVA YORK. EXT. DÍA.
Fundido en Negro de Apertura.
Texto sobre Negro: “Robert, un policía de la Gran Manzana”.
Rodaje en Blanco y Negro.
ROBERT es un policía de Nueva York que transita de forma lenta y tranquila por una de las calles de la ciudad próxima a la famosa quinta Avenida. No obstante, su paso es firme y seguro. Es muy temprano, las seis de la mañana concretamente, y los escasos transeúntes con los que ROBERT se cruza son juerguistas que no han regresado todavía a sus casas. ROBERT es un policía que no teme a nada ni a nadie, ni siquiera a la propia muerte. Tiene cuarenta años y ha sido suficientemente castigado por la vida. Es viudo, y desde que su mujer murió hace diez años, no ha vuelto a tener una relación duradera, pues todas han sido esporádicas, y tampoco éstas han estado a la altura de sus expectativas. Además, para colmo de males, hace ya un año que tuvo un error imperdonable e inexplicable al confundir a un inocente con un cruel y despiadado asesino en serie. Formaba entonces parte de la brigada de homicidios y aquel suceso fue el desencadenante de su particular bajada a los infiernos. Fue degradado y suspendido de empleo y sueldo indefinidamente. Transcurrido un año, vive de las rentas acumuladas durante años. Ahora, la llamada de su jefe puede significar un nuevo comienzo.
Corte.
ESCENA 2. COMISARÍA DE POLICÍA. NUEVA YORK. INT. DÍA.
ROBERT entra en la comisaría saludando con leves inclinaciones de su cara a todos los policías con los que se encuentra. Todos le conocen y le respetan en grado sumo. Lleva veinte años ejerciendo su oficio y es uno de los miembros más veteranos y cualificados de la comisaría. ROBERT se dirige al despacho de su jefe, que le ha despertado, aún de madrugada, a las cinco, porque tenía que hacerle un encargo urgente. Algo extraño sucede esa mañana. Otro de los policías más veteranos está lanzando una arenga a un grupo de policías más jóvenes. ROBERT se percata enseguida de que están preparando una gran redada.
Corte.
ESCENA 3. DESPACHO DEL JEFE DE ROBERT. COMISARÍA DE POLICÍA. NUEVA YORK. INT. DÍA.
EL JEFE DE ROBERT, nervioso, está dando pequeños paseos de un lado a otro de su despacho. Cuando ROBERT entra en el despacho, su JEFE le mira y se dirige a él muy serio.

JEFE DE ROBERT

Tengo que encargarle una misión, Robert. Espero que no me falle. Pero no debe hacerse ilusiones. Le he llamado porque no tenía a nadie disponible. Todos los Agentes están movilizados para una redada contra unos mafiosos italianos que desembarcaron hace unos meses en Nueva York. Usted debe ir al Bronx y detener a una banda de traficantes muy peligrosos. La droga que han tomado esta noche les ha afectado tanto que han secuestrado a una familia y han llamado pidiendo un rescate de un millón de dólares. Tiene que ir hasta allí y tratar de clamarles. Le enviare refuerzos cuando terminemos la redada. Allison, su antigua compañera le acompañará. ¡Vamos, muévase! ¡Ella está esperándole en el garage!
ROBERT
Entendido, jefe, no se preocupe. No estar inactivo no impedirá que cumpla mi misión.
Corte.
ESCENA 4. GARAJE. COMISARÍA DE POLICÍA. NUEVA YORK. INT. DÍA.
ROBERT, tras atravesar las dependencias policiales, baja en el ascensor hasta el garaje. Allí, apoyada en una columna, fumando un cigarro, está esperándole ALLISON. Ella libraba aquel día, pero el JEFE la ha llamado, prometiéndole una retribución extra por acompañar a ROBERT. Es una mujer de treinta y cinco años, poseedora de un gran atractivo físico. Y gracias a su belleza, ha tenido varios amantes. Hombres sin escrúpulos que la dejaron plantada cuando más los necesitaba. A ALLISON se ilumina el rostro cuando ve a ROBERT saliendo del ascensor.
ALLISON
¡Robert! ¡Qué hay de nuevo, viejo granuja! ¡Es increíble! ¡No me acababa de creer lo que me decían de que ibas a volver a ser mi sombra!
ROBERT
(Pesimista)
Esto es algo excepcional, Allison. Seguro que es mi canto del cisne. Después, no me volverán a llamar en lo que queda de vida. La cagada de hace un año fue demasiado fuerte.
ALLISON
(Emocionada)
     Lo sé, Robert, pero para mí estar solo una hora contigo es lo mejor que me ha podido pasar este año. El nuevo compañero que me asignaron no me gusta nada. Es un auténtico palurdo.
ROBERT no puede evitar sonreír ante la sinceridad expresada por ALLISON y ésta hace lo propio. Pero la sonrisa de ROBERT contiene amargura, mientras que la de ALLISON es desinteresada.
ALLISON
     ¿Qué? ¿Qué piensas de lo que he dicho,      Robert?
ROBERT
¡Creo que exageras, Allison! No soy mejor que otros policías. Bueno, ¡Vamos, demostremos nuestra valía!
ALLISON
¿Qué coche cogemos, Robert? Me ha dicho el jefe que llevemos el último de la fila, aquel Mercedes de la clase E.
ROBERT observa el coche indicado por ALLISON y luego, sorprendido de forma agradable, ve el coche que tantas veces ambos utilizaron en el pasado, en sus largas jornadas de patrulla por la ciudad. Finalmente, se decanta por este último.
     ROBERT
¡No! ¡No me convence, Allison! Prefiero nuestra tartana. Ya sabes, la número uno del Departamento de Policía de Nueva York.
ALLISON asiente con una sonrisa y ambos se meten en el viejo Ford que a ROBERT le sigue gustando tanto. Y él pisa a fondo de acelerador, saliendo rápidamente del garaje.
Corte.
ESCENA 5. EDIFICIO DEL BRONX. NUEVA YORK. INT. DÍA.
ROBERT y ALLISON entran en el edificio en el que, según su jefe, se han atrincherado la banda de narcotraficantes hispanos. Suben al tercer piso, que es donde mantienen a la familia secuestrada. Nada más llegar a esta planta, oyen unos disparos procedentes de la puerta que está ubicada al fondo a la derecha, y los dos se precipitan veloz pero sigilosamente hacia allí. Sin embargo, se quedan paralizados cuando observan que la puerta se abre violentamente. La voz agitada de un HISPANO se impone, al tiempo que empuja a un hombre de mediana edad, el PADRE de la familia, que sale disparado del piso impactando contra la pared opuesta del pasillo. El rehén cae al suelo desangrado, como síntoma de que ha sido sometido a varias torturas.
HISPANO
(Enfadado)
¡Malditos sean! ¡Estos policías son unos güevones, unos putos güeys! ¡Les dije que me llamarán para confirmarme que venían con el dinero y todavía no lo han hecho! ¡Esta mierda se acabó! ¡Mi paciencia no da para más! ¡Y estos burguesitos lo van a pagar!
Entonces, acto seguido, se oyen más disparos procedentes del interior del piso. ALLISON, más entrenada que ROBERT, llegan antes que éste hasta el umbral de la puerta y vencida por la rabia ante lo que ve, saca su pistola y se pone a disparar con una furia descontrolada y desconocida para ROBERT, que no puede hacer nada por detenerla.
ROBERT
(Desesperado)
¡¡No, Allison, no!! ¡¡Retírate de ahí!!
Pero es demasiado tarde para ALLISON, pues al mismo tiempo que él pronuncia estas suplicas, ella cae abatida al suelo por una descarga inmisericorde.
ROBERT
(Desconsolado)
¡¡Allison, no!! ¡¡Allison!! ¡Malditos hijos de puta! ¡Voy a acabar con todos vosotros!
ROBERT mira un instante hacia el interior del piso. Tanto la FAMILIA secuestrada como los SECUESTRADORES están muertos, pero el HISPANO que acabo con el PADRE y con ALLISON le está apuntando con su pistola.
HISPANO
¡Hey, poli güevon! ¡No sufras tanto! ¡También acabaré contigo! ¡Pronto estarás con tu linda compañera!
ROBERT
(Indignado)
     ¡Malnacido! ¡Tú no vas a acabar con nadie más!
Ambos disparan a la vez y el fuego cruzado alcanza a los dos protagonistas. Pero ROBERT tiene mejor puntería y le ocasiona una herida mortal a su adversario, mientras que él sólo tiene una herida superficial en el brazo derecho. ROBERT, renqueante, y no pudiendo reprimir las lágrimas, se aproxima al cuerpo de ALLISON. Y su sorpresa es mayúscula cuando ve que ella se mueve con dificultad, respira e intenta hablar.
ROBERT
(Entusiasmado)
¡¡Allison!! ¡¡Estás viva!! ¡¡Esto es un milagro!! ¡¡Un bendito milagro!!
ALLISON
(Agonizante, con un hilo de voz)
Sí, pero por poco tiempo, Robert. Ven, arrodíllate. Quiero hacerte una confesión.
ROBERT
(Esperanzado)
Sí, claro, no te preocupes. Seguro que te vas a recuperar. Ahora mismo llamaré a un hospital.
ROBERT, tal y como le ha indicado ALLISON, se arrodilla.
ALLISON
No, eso no es verdad, Robert. No me queda mucho tiempo.
ROBERT, hace caso omiso a ALLISON, descuelga su teléfono móvil y llama al hospital, solicitando la presencia de una ambulancia en el lugar y facilitando la ubicación del edificio en el que están. Después, vuelve a centrarse en ALLISON.
ROBERT
Ya he llamado al hospital. No te preocupes, pronto estarás en una cómoda cama y te recuperarás. Esto sólo habrá sido un mal sueño.
ALLISON
No, es demasiado tarde, Robert. Pero he de decirte algo importante. Verás, desde que te conozco, he estado enamorada de ti. ¡No me importaba que estuvieras casado! Quería decírtelo algún día, pero nunca me atrevía. Ahora que voy a morir, lo puedo hacer en paz, sin dejar nada pendiente.
ALLISON deja de hablar y parece que su desvanecimiento ya va a resultar definitivo, pero ROBERT, en un desesperado intento por reanimarla, la zarandea.
ROBERT
(Suplicante)
     ¡¡Allison!! ¡¡Allison, por favor!! ¡¡No te vayas!!
Y ALLISON, antes de expirar, formula un último interrogante a ROBERT.
ALLISON
(Intrigada)
Robert: ¿Tú me quieres ? ¿Me has querido?
ROBERT
(Sollozante)
Sí, Allison, claro que sí. Siempre te he querido y he estado enamorado de ti, pero no podía traicionar a mi mujer. ¿Lo comprendes, verdad?
ALLISON
(Feliz)
Sí, claro ¡Vaya, nunca me imagine un final así! Bésame, Robert. ¡Hazlo, por favor! Siento que me voy,..., ¡Adiós, Robert, adiós! ¡Hasta siempre!
ROBERT, muy emocionado y sin poder articular palabra, cumple con la petición de ALLISON y la besa apasionadamente. Pero ALLISON, en ese momento expira, muriendo entre los brazos de ROBERT. Transcurren unos instantes que a ROBERT se le hacen eternos, con una reflexión profunda por su parte. Ya tiene decidido lo que va a hacer y deja de sollozar, retornando a la calma que siempre le había caracterizado.
ROBERT
Esta es la mujer que siempre he amado y no he podido disfrutar de ella por vivir con otra. Pero estoy seguro de que no va a haber una tercera a la quiera tanto. He vivido todo lo que tenía que hacerlo. Ya nada me ata a esta vida. Lo único que quiero es reencontrarme con Allison. Me sumergiré en un sueño eterno, un sueño en el que debía de haber entrado antes.
ROBERT coloca su pistola en la sien y se oye un disparo. Así, los dos, ROBERT y ALLISON, viajan juntos hacia la otra vida, habiendo confesado su amor mutuamente. Ya nadie les podrá separar porque seguirán siendo compañeros, compañeros para toda la eternidad.
Fundido en Negro de Cierre.
Créditos Finales.





 

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