EL ESCRITOR COMPULSIVO

EL ESCRITOR COMPULSIVO
El gran Gustavo Adolfo Bécquer

EL ESCRITOR COMPULSIVO

El escritor compulsivo soy yo, Alberto Bellido y este es un blog dedicado a mi mayor afición, a mi mayor pasión: El cine, el séptimo arte.

En el blog los visitantes podrán leer y comentar diversos artículos así como guiones de todos los géneros redactados por mí y sus memorias de realización, es decir, las diferentes intenciones que me guiaron en el momento de crear cada historia.

Espero que todos disfrutéis con mi blog.

Un afectuoso saludo.

martes, 25 de octubre de 2011

GUIÓN LITERARIO REVISADO Y ACTUALIZADO DE "EL RAYO DE LUNA" DE GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER

GUIÓN LITERARIO: “EL RAYO DE LUNA, DE GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER”.
ESCENA 1. COMEDOR. PALACIO DE LOS CONDES DE GORMAZ. SORIA. INTERIOR. DÍA.
Fundido en Negro de Apertura.
Texto sobre Negro: “EL RAYO DE LUNA, DE GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER”.
Dos CRIADOS están preparando la mesa para la comida, cuando DOÑA ELENA, Condesa de Gormaz y MADRE DE MANRIQUE, les pregunta por su hijo.

DOÑA ELENA

(Intrigada)
     ¡Eh, vosotros! ¿Sabéis dónde está mi hijo Manrique?
Uno de los CRIADOS responde a DOÑA ELENA.

CRIADO

No lo sabemos, Señora. Puede que esté en el Monasterio de la Peña. Ya sabe que le gusta mucho ese sitio. O puede que debajo del puente, contemplando la corriente.
Fundido en Negro de Cierre.
ESCENA 2. PALACIO DE LOS CONDES DE GORMAZ. SORIA. EXTERIOR. NOCHE.
Fundido en negro de Apertura.
Texto sobre Negro: “Esa misma noche...”
MANRIQUE, hijo de los Condes de Gormaz, tras una frugal y breve cena, ha salido al jardín a observar las estrellas, por las que siente una fascinante atracción, pues las compara con piedras preciosas. Está tumbado sobre el césped y, embelesado, no puede evitar hablar consigo mismo.

MANRIQUE

Si como dice el Prior de la Peña es verdad que esos puntos de luz son mundos, no me puedo imaginar como serán las mujeres que los habitan!
Fundido en Negro de Cierre.
ESCENA 3. CONVENTO DE LOS TEMPLARIOS. AFUERAS DE SORIA. EXTERIOR. NOCHE.
Fundido en Negro de Apertura.
MANRIQUE decide, con extremado sigilo, para no que nadie lo vea, abandonar el Palacio de sus padres y, movido por una curiosidad irrefrenable, dirigirse a inspeccionar las ruinas del famoso Convento de los Caballeros Templarios, que hay cerca de la ciudad castellana.
Corte.
ESCENA 4. ALAMEDA. AFUERAS DE SORIA. EXTERIOR. NOCHE.
Al no detectar nada que le pueda llamar suficientemente la atención, MANRIQUE resuelve penetrar en una oscura alameda, que desde el derruido claustro conduce hasta el río Duero.
Y, por fin, después de sentirse muy aburrido, vuelve a sentirse vivo, exhalando un grito leve, mezcla de sorpresa, temor y júbilo. En el fondo de la sombría alameda, ha vislumbrado a una MUJER ataviada con una túnica blanca, que desaparece oculta entre el follaje.

MANRIQUE

(Muy excitado)
¡Una mujer! ¡Una mujer desconocida en este oscuro lugar! ¡Es una señal del destino! ¡Seguro que ella es la mujer de mis sueños!
Entonces, MANRIQUE, como si estuviera poseído por una extraña y misteriosa fuerza oculta, emprende una frenética persecución, con el objeto de dar alcance a la enigmática MUJER, de la que ha tenido tan singular flechazo. Y de forma instintiva, se pone a soltar alaridos sin sentido.

MANRIQUE

(Alborozado)
¡Vaya, es escurridiza! ¡Parece que lleva alas en los pies!
Fundido en Negro Encadenado.
MANRIQUE corre durante un buen rato, pero agotado, tiene que detenerse en una especie de rellano, iluminado por la claridad del cielo. Apoyado sobre una roca, se siente muy abatido.

MANRIQUE

¡Maldita sea! ¡Ni rastro de ella! Y, sin embargo, ¡He creído oírle hablar! ¡No me daré por vencido! ¡Conseguiré encontrarla!
MANRIQUE se reincorpora y mira hacia el lado contrario a aquel desde el que venía corriendo. La alameda finaliza allí, en el lugar donde él había estado reponiendo fuerzas, mientras que una pequeña COLINA se alza a continuación.

MANRIQUE

(Esperanzado)
Puede que desde la cima de esa pequeña colina pueda volver a localizar a esa preciosa mujer.
Corte.
ESCENA 5. CIMA DE LA COLINA. AFUERAS DE SORIA. EXTERIOR. NOCHE.
Una vez que MANRIQUE ha subido sin apenas dificultades la COLINA, se pone a otear en todas las direcciones en busca de su presa. Desde aquella altura, puede contemplar con nitidez tanto la ciudad de Soria, como gran parte del río Duero. De repente, al fijar la vista en el río, a MANRIQUE le vuelve a latir el corazón con fuerza y a una frecuencia desconocida hasta entonces para él, pues ha vuelto a localizar a la misteriosa MUJER.

MANRIQUE

(Muy ilusionado)
     ¡Sí, allí está! ¡Es ella, sin duda!
Una barca se dirige a considerable velocidad a la orilla opuesta, a escasa distancia de la ciudad castellana. En aquella embarcación, MANRIQUE creé distinguir a la MUJER de sus sueños. Pero se da cuenta de que va a ser imposible alcanzarla antes de que penetre en la ciudad.

MANRIQUE

¡No me rendiré! ¡Antes de que amanezca sabré dónde vive!
Corte.
ESCENA 6. CASERÓN. CALLE DE SORIA. EXTERIOR. NOCHE/DÍA.
De regreso a la ciudad, MANRIQUE se detiene delante de un caserón de piedra, oscuro y antiquísimo.

MANRIQUE

(Exultante)
¡Ahí está! ¡La he visto! ¡No cabe duda de que vive aquí! ¡Esperaré a que salga y le confesaré mi amor!
Fundido en Negro Encadenado.
Texto sobre Negro: “Al amanecer...”
Al alba, MANRIQUE, que se había quedado medio adormecido apoyado contra la pared de la casa contigua a aquel antiguo Palacio, ve a un CRIADO salir de la puerta principal del caserón. De inmediato, MANRIQUE se incorpora y se lanza hacia él.

MANRIQUE

(Muy excitado)
¡Eh, tú! ¿Cómo se llama la mujer que vive en esta casa? ¿Está casada? ¡Contesta! ¡Contesta de una vez! ¡Es muy importante para mí saberlo, por favor!

CRIADO DE ALONSO DE VALDECUELLOS

(Muy sorprendido)
En esta casa no vive ninguna mujer, sino el Señor Don Alonso de Valdecuellos. Y yo, su criado, soy el único que vive con él.

MANRIQUE

(Impaciente)
Pero, ¿Y su hija? ¿O su hermana? ¿O su esposa? ¿O lo que sea? ¡Qué me puedes decir de ella!

CRIADO DE ALONSO DE VALDECUELLOS

Él se quedó viudo hace años y no tuvo ninguna hija con su mujer.

MANRIQUE

(Extrañado)
¡No es posible! ¡Yo he visto a una mujer en una habitación del primer piso!

CRIADO DE ALONSO DE VALDECUELLOS

(Sorprendido)

¡En una habitación del primer piso! ¡Será la de Don Alonso que lleva días enfermo!
Fundido en Negro de Cierre.
ESCENA 7. PALACIO DE LOS CONDES DE GORMAZ. SORIA. EXTERIOR. NOCHE.
Fundido en Negro de Apertura.
Texto sobre Negro: “Dos meses más tarde...”
Transcurrieron dos meses desde el encuentro entre MANRIQUE y el CRIADO DE DON ALONSO DE VALDECUELLOS. Durante ese tiempo, el estado mental de MANRIQUE empeoró notablemente. En ningún momento había dejado de pensar en la misteriosa MUJER de blanco, y esta circunstancia le tenía totalmente consumido de los nervios. Cierta noche decidió realizar el mismo trayecto que cuando vio a la MUJER.

MANRIQUE

(Enfebrecido y con los ojos desorbitados)
¡Debo encontrarla! ¡Debo encontrarla como sea! ¡No puedo soportar más tiempo sin conocerla! ¡Oh, Dios mío! ¡Seguro que sus ojos son azules como el cielo! ¿Y su cabello? ¡Seguro que es oscuro! ¿Y su voz? ¡Seguro que es más suave que el rumor del viento!
Fundido en Negro de Cierre.
ESCENA 8. ALAMEDA. AFUERAS DE SORIA. EXTERIOR. NOCHE.
Fundido en Negro de Apertura.
Cuando MANRIQUE llegó a la alameda, espero ansiosamente a que la misteriosa MUJER de blanco, volviera a aparecer. De repente, MANRIQUE vio flotar durante un instante y después desaparecer el vestido blanco de la MUJER de sus sueños.

MANRIQUE

(Muy excitado)
¡Es ella! ¡Eh, espera, ven! ¡Quiero conocerte! ¡No huyas!
Fuera de sí y sin estar en sus cabales, MANRIQUE se puso a correr como un galgo pero, de pronto, tuvo que detenerse y, al no frenar bien, se precipitó contra el suelo. MANRIQUE, entonces, fijó sus espantados ojos al frente y un ligero temblor nervioso se apodero de sus miembros y su agitación fue creciendo progresivamente, sin parar, hasta convertirse en una estremecedora convulsión. Finalmente, no pudo aguantar más, y estalló en una carcajada sonora, estridente y horrible.

MANRIQUE

(Desaforado)
     ¡Jajaja! ¡Jajaja!
La bella y preciosa MUJER no era tal, no tenía formas femeninas, sino que era una cosa blanca, ligera y flotante. Era un RAYO DE LUNA, que penetraba a intervalos por entre los árboles, cuando el viento movía las ramas. Debido a esta imperdonable confusión, MANRIQUE se puso verdaderamente histérico.

MANRIQUE

¡Es un rayo de luna! ¡Jajaja! ¡La mujer de la que me había enamorado es un rayo de luna! ¡Jajaja! ¡Soy un desgraciado! ¡Soy un desgraciado y lo seré toda mi vida! ¡Jajaja!
Fundido en Negro de Cierre.
ESCENA 9. PALACIO DE LOS CONDES DE GORMAZ. INTERIOR. NOCHE.
Fundido en Negro de Apertura.
Texto sobre Negro: “Años más tarde...”
Transcurrieron varios años desde aquella fatídica noche. Cierto atardecer, MANRIQUE estaba sentado en un sillón, junto a la chimenea gótica del Palacio de sus padres. Estaba inmóvil, con una mirada vaga e inquieta, similar a la de un idiota. Y apenas prestaba atención a las caricias de su madre, la CONDESA DE GORMAZ, ni a los consuelos de sus CRIADOS.

CONDESA DE GORMAZ

(Desesperada)
¡Manrique! ¡Manrique! ¡Hijo, reacciona de una vez! ¡Llevas años así! ¡Ya está bien! ¡Es que no ves mi sufrimiento! ¿Por qué te consumes en la soledad? ¿Por qué no buscas a una mujer que te haga feliz? ¡Todavía eres joven y hermoso!

MANRIQUE

(Descompuesto)
¡Porque el amor es un rayo de luna! ¡No te das cuenta, madre! ¡El amor es un rayo de luna!
En ese momento, un CRIADO intervino.

CRIADO

¿Por qué no despertáis ya de ese letargo, Señor Manrique? ¡Seguro que si vais esta noche a una fiesta conoceréis a una mujer!

MANRIQUE


¡No, eso es imposible! ¡Nunca conoceré a una mujer de la que me enamore! ¡Lo que quiero es que me dejéis en paz! ¡Sí, dejadme sólo! ¡El amor, jajaja! ¡Sí, el amor es un rayo de luna!
Fundido en Negro de Cierre.
Créditos Finales.

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