EL ESCRITOR COMPULSIVO

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El gran Gustavo Adolfo Bécquer

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El escritor compulsivo soy yo, Alberto Bellido y este es un blog dedicado a mi mayor afición, a mi mayor pasión: El cine, el séptimo arte.

En el blog los visitantes podrán leer y comentar diversos artículos así como guiones de todos los géneros redactados por mí y sus memorias de realización, es decir, las diferentes intenciones que me guiaron en el momento de crear cada historia.

Espero que todos disfrutéis con mi blog.

Un afectuoso saludo.

viernes, 3 de mayo de 2013


“Los Tudor” y las series de ficción histórica

 | 22 abril, 2013 2 Comentarios
Los Tudor
"Los Tudor": una gran serie de ficción histórica.
Los Tudor es una serie que ha marcado un antes y un después dentro del panorama de la ficción histórica televisiva; por ello se ha convertido en todo un fenómeno de masas.
Para entender el impacto que Los Tudor ha generado hay que retroceder en el tiempo, justo hasta el momento en el que se produce el lanzamiento y estreno de una película que fue un resonante éxito de taquilla y que logró conciliar al público más variado y a la crítica más exigente.
No está de más decir que son escasas las ocasiones, especialmente en el cine actual, en las que la audiencia y la crítica se ponen de acuerdo. Esa película fue Gladiator, de Ridley Scott, que cuenta cómo un otrora general, triunfador en Germania, es capaz de desafiar y vencer a un emperador sin escrúpulos.

Antecedentes de Los Tudor

El éxito de Gladiator, espectacular, provocó que en Hollywood tuviera lugar un renacimiento del género, o más bien del subgénero, encuadrado en el cine histórico, conocido como péplum.
Algo parecido no se recordaba desde hacía décadas, con películas como El coloso de Rodas, Cleopatra La caída del Imperio Romano. Aunque también es cierto que la serie Yo, Claudio, creada a partir de la novela de Robert Graves, fue un renombrado éxito de la televisión británica durante las décadas de los setenta y los ochenta.
A raíz de Gladiator, las grandes cadenas de televisión estadounidenses comenzaron a lanzar sus propuestas en el terreno de la ficción histórica, las que fueron correspondidas por el público y cobraron un inusitado interés.
La serie más representativa y de mayor calidad fue Roma, rodada en unos escenarios impresionantes, con un decorado mimado hasta el detalle y la participación de  miles de extras.

Intrigas en la Corte de los Tudor

Favorecida por esta oleada de series de corte histórico, se puso en marcha Los Tudor con el objetivo de seguir y respetar los cánones establecidos por la brillante Roma. Y no sólo ha conseguido igualarla, sino que finiquitada la serie y vista en perspectiva, se puede afirmar queLos Tudor ha superado a Roma en repercusión.
La razón principal de que la serie Los Tudor haya llegado a la cima, desde la que puede mirar con suficiencia y orgullo a las series coetáneas de su mismo género, es haber logrado reproducir de modo fidedigno las apasionantes intrigas protagonizadas por las camarillas católica y protestante que conformaban la Corte inglesa de Enrique VIII durante el siglo XVI.
Ambas facciones trataron por todos los medios de obtener su favor para desarrollar la política del país, en unas ocasiones más cercana a Francia, y en otros momentos, más proclive a los intereses del Imperio español.
Dichas intrigas han sido elaboradas por los guionistas de la serie teniendo como punto de referencia las conspiraciones y los complots que eran tan propios, tanto de la etapa República romana con sus dos triunviratos, como de la época del Alto Imperio, con emperadores tan singulares y polémicos como Nerón y Calígula, pertenecientes a la dinastía Julio-Claudia.

Elección de Jonathan Rhys-Meyer

El otro aspecto muy elogiado de la serie ha sido la encarnación que el actor Jonathan Rhys-Meyer ha hecho del rey Enrique VIII.
Si bien, inicialmente, fue lógico pensar que era un error que un monarca presentado en los libros de historia con una perenne obesidad apareciera como un joven atlético, después se ha relevado como todo un acierto, sobre todo, para justificar su hiperactividad como irreprimible mujeriego y el hecho de ser un caso único entre las casas reales al haber contraído matrimonio hasta en ocho ocasiones.
La devoción que he sentido por la serie de televisión Los Tudor ha sido de tanta envergadura que cuando acabó me atreví a afirmar, aun a riesgo de parecer temerario, que ninguna otra sería capaz de alcanzar tan elevados niveles de aceptación y prestigio.
Pero me equivoqué, no transcurrió mucho hasta la aparición de la insuperable Juego de tronos, que me ha quitado la razón.
Ahora sí que el listón está demasiado alto, aunque cuando acabe la famosa serie inspirada en las novelas de George R.R.Martín, no sabemos a ciencia cierta lo que nos deparará el futuro ni si esta certeza será otra vez destruida por la irrupción de un nuevo fenómeno televisivo dentro de la ficción histórica.

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